El ariete sudamericano, emocionado y con su hija en brazos, definió en pocas palabras sus sentimientos tras conseguir ganar junto a sus compañeros el trofeo europeo.
"Quiero disfrutar este momento. Pude ayudar al equipo con dos goles, pero lo importante era el objetivo. Se lo quiero decir a Dios, a mi familia, a mi esposa, a mis hijos, que son mi mayor bendición y quiero seguir adelante para darles lo mejor", afirmó en declaraciones a Cuatro.
Por su parte, Vicente Iborra, también escueto, declaró que para el Sevilla "mereció la pena sufrir todo el año" para ganar un campeonato con el que el Sevilla podrá disputar la próxima edición de la Liga de Campeones.
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Bacca se fue tras la portería a celebrar el gol y se enfundó la bandera de Colombia, su país natal, lo que también propició que el árbitro del encuentro, el inglés Martin Atkinson, le mostrara la tarjeta amarilla ante su sorpresa ya que le indicó al colegiado que no sabía que esa acción era merecedora de amonestación.