El Athletic cayó eliminado en Nicosia, donde el APOEL de Thomas Christiansen le derrumbó en un fatal inicio de la segunda mitad, cuando remontó en nueve minutos el 3-2 de la ida con una diana de Pieros Sotiriou apenas comenzar y un penalti de Balenziaga que transformó Giannis Gianniotas para hundirle en la miseria.
Huérfano de Aduriz y Laporte, al equipo de Valverde le condenó tanto su falta de acierto en ataque como su flojera defensiva, no sacando provecho de su supuesta superioridad técnica durante una primera mitad que dominó de principio a fin y en la que pudo dejar poco menos que sentenciada la eliminatoria.
No lo hizo por partida triple Iñaki Williams y aunque Gorka también se lució quedó la sensación en el descanso que el Athletic tenía controlada la situación y podía en cualquier momento dar la puntilla... Y sin embargo lo que se vino fue el desastre.
Apenas comenzar el segundo tiempo una jugada de Efrem asistió al remate de Sotiriou que encendió los ánimos de la hinchada local con ese 1-0 que ya le daba el pase al equipo chipriota, al que metió mano en el descanso Christiansen para que saliera de la cueva y aprovechase su velocidad.
La jugada le salió redonda al APOEL, que cerró su siguiente llegada con peligro en penalti, cometido por empujón de Balenziaga a Giannotas, quien como si del patio del colegio se tratase tomó el balón contra el mundo y proclamó que como se lo habían hecho a él... El lo tiraba.
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Y así lo hizo y lo marcó, condenando al Athletic a un suplicio hasta el final, necesitado de marcar dos goles que no llegaron y que le significaron una eliminación cruel.