Inesperada y frustrante derrota del Nápoles en su estreno europeo. El AZ Alkmaar, con 13 bajas por covid-19, fue una muro insalvable para un cuadro partenopeo mucho más espeso de lo habitual en ataque. Aun sin inspiración, el equipo de Rino Gattuso disparó 19 veces, seis de ellas entre los tres palos. Al cuadro neerlandés, que no había ganado en sus últimos cinco encuentros, le bastó con que De Wit batiera a Meret en uno de sus dos chuts a puerta. Que tome nota la Real Sociedad.
Como era de esperar, el Nápoles llevó el mando del encuentro desde el pitido inicial. Al cuadro campano no lo quedó otra que armarse de paciencia ante el entramado defensivo neerlandés. El AZ se resguardó en campo propio, con las líneas muy juntas. Y el control italiano se diluía en el último tercio de campo. Tocó probar suerte desde fuera del área, pero Bizot se mostró muy fiable a disparos de Osimhen y Politano.
El AZ mostraba los colmillos al contraataque. Una pérdida de Fabián en la medular, encadenada con un mal control de Koulibaly, permitió a Sugawara ensayar un derechazo que acarició el poste. La reacción napolitana no se hizo esperar. Osimehn robó en campo rival, despegó y asistió a Mertens. Su disparo al palo largo, marca de la casa, se marchó fuera por un alfiler.
El segundo acto se presentó como el primero. Dominio 'azzurro' y cabezazo alto de Koulibaly. Faltaba el gol y éste, caprichoso, hizo acto de presencia en el arco contrario. En una rápida incursión por banda derecha, Sagawara cedió para la carrera de Svensson, que desde la línea de fondo centró raso al corazón del área para que De Wit embocara a gol. Duro revés.
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Gattuso echó mano al banquillo -cuatro cambios en diez minutos- y se intuyeron brotes verdes. Petagna, recién incorporado, cabeceó cerca del larguero. Pero fue un espejismo. El Nápoles acorraló al AZ durante toda la segunda parte, pero fue incapaz de batir a Bizot. Su bagaje ofensivo se redujo a centros laterales y disparos lejanos que no llegaron a buen puerto. Al final, toque de atención para un cuadro partenopeo que llegaba lanzado e inyección de confianza para los neerlandeses.