Excepto sorpresa mayúscula, el Arsenal estará en los octavos de final. Cómodo partido de los ingleses ante un Östersunds demasiado respetusoso y que nunca incomodó a los de Arsène Wenger. La vuelta en el Emirates apunta a ser un mero trámite.
Pronto se vislumbró que el gol 'gunner' era cuestión de tiempo. Los datos de posesión eran sonrojantemente favorables a los de Arsène Wenger. Iwobi y Mkhitaryan probaron a un nervioso Keita, quien cometió un error garrafal en el 0-1. Nacho Monreal, que pasaba por el área, aprovechó un pésimo rechace del portero local a disparo de Iwobi.
La fragilidad de la defensa sueca volvió a quedar en evidencia en el 0-2 londinense. Mala compenetración sacando el balón jugado y Mkhitaryan que ve cómo su centro-chut rebota en Papagiannopoulos despistando al arquero escandinavo. No intervino Ospina hasta el 29', en un lanzamiento lejano de Ghoddos que el colombiano desvió a córner.
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Incluso jugando al ralentí el Arsenal amplió distancias en el marcador. Mkhitaryan se asoció con Özil y el alemán soltó un latigazo a bocajarro que dobló el guante de Keita. El 0-3 anestesió por completo un duelo que se decidió cómo y cuándo el Arsenal quiso. Wenger refrescó su equipo con juventud en los últimos minutos. Ospina detuvo un penalti a Petterson en el añadido.