Un Barça Lassa que sigue bajo mínimos sin Sanders, Hanga, Vezenkov y Seraphin vio rota en Málaga su línea positiva en Euroliga donde, pese a estar eliminado, llevaba dos victorias seguidas. Los azulgrana, que venían de jugar el domingo el partido de Liga en Burgos resuelto en la prórroga cayeron en la pista del Unicaja en el duelo continental (un rival que les ha ganado en los tres duelos disputados hasta la fecha). Era un choque intrascendente pero los azulgrana, siempre fieles al espíritu de Pesic, dieron la cara pese a su reducida rotación y al lógico cansancio que ello implica. Y a punto estuvieron de remontar 15 puntos en la recta final del encuentro.
Lo mejor de los azulgrana fue, de nuevo, otro gran partido de Tomic (22 puntos y 11 rebotes) y el despertar de Edwin Jackson (13 puntos). Dos buenas noticias para un equipo que necesita ir recuperando efectivos porque, con la vorágine de partidos, es vital tener mimbres para afrontar lo que viene. Pero lo trascendente es que este equipo ahora no baja nunca los brazos. Y eso es una señal de esperanza de cara a la fase decisiva de la Liga Endesa.
El Barça Lassa salió de inicio con convicción y gran acierto en ataque (4 triples sin fallo) y sólido en defensa. completando unos diez minutos excelentes en las dos mitades de la pista, que dejaron sin respuesta al Unicaja. Con equilibrio y velocidad de resolución, los azulgranas llegarían a tener una máxima renta de +12 (5-17 y 7-19) para un 19-25 al final del primer cuarto.
Pero las necesarias rotaciones en un roster corto (nueve jugadores porque Pressey y Kurucs se quedaron inéditos) hicieron bajar las revoluciones del Barça. Los azulgrana se atascaron a nivel ofensivo ante la dinámica defensa del Unicaja y bajaron su intensidad atrás. Los malagueños, muy del gusto de jugar con velocidad, comenzaron a hacer mucho daño bien con penetraciones demasiado fáciles o encontrando buenas posiciones de lanzamiento exterior donde Díez se hizo de oro.
Pesic hubo de recomponer su quinteto, dar un par de toques a sus jugadores pero ello no fue óbice para que el Unicaja le diera la vuelta a la tortilla en el segundo cuarto (45-39). Una dinámica que el Barça redujo un tanto al descanso (49-46) liderado por Tomic (11 puntos) y un Jackson más suelto.
El tercer cuarto vivió un inicio calcado al del primer tiempo. Un Barça por un Tomic imperial volvió a dar un tirón al duelo (53-61). Pero de nuevo se repitió la historia. El Unicaja puso la quinta velocidad y comenzó a jugar como le gusta: a campo abierto buscando la velocidad de ejecución bien con penetraciones o doblando para triple con un Díez desatado.
Y el Barça, con síntomas de poca frescura, perdió la perspectiva del encuentro viendo como su rival daba un golpe sobre la mesa que se reflejó con claridad en el inicio del último cuarto (82-68). Los azulgrana necesitaban defender como le gusta a Pesic. Pero una cosa es el deseo y otra que las piernas respondan.
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A diferencia de épocas pasadas, los azulgrana sin embargo no bajaron los brazos porque con Pesic eso está prohibido. Y, punto a punto, fueron recortando su desventaja...hasta colocarse a tan sólo dos puntos (89-87 y 91-89). Pero el Unicaja, a base de tiros libres acabó haciendo suyo el duelo.Una derrota intrascendente pero lo importante es que el Barça dio la cara.