Este Barça Lassa ciclotímico volvió a las andadas. Trados victorias para la esperanza (Olympiacos y Bilbao) el colectivo de Sito Alonso y volvió a las andadas. Los azulgrana cayeron en el Palau ante el Anadolu Efes que, hasta este viernes, no conocía la victoria en la Euroliga. La cosa se vuelve a complicar y mucho en la Europa pero, lo que es peor, es que retornan las dudas alrededor del rendimiento del colectivo.
En Euroliga siempre hay que tener en cuenta que cualquier equipo, por mucho que juegues en casa, te puede pasar la mano por la cara si no muestras la suficiente contundencia en las dos mitades de la pista. Por mucho que el rival, como el Anadolu Efes, llegue sin conocer el triunfo.
Y el Barça, como sucedió el día del Zalgiris, salió con un perfil plano: demasiadas facilidades atrás (no es de recibo encajar 26 puntos en un cuarto e inferioridad en el rebote (4 capturas por 13 en el primer cuarto. Bajo estas premisas, el Anadolu Efes -que por cierto no contó con el exazulgrana Justin Doellman- supo sacar petróleo por que, pese a lo que digan los números, tiene individualidades de calidad. Entre Ledo por fuera y Stimac por dentro, le hicieron un traje al colectivo de Sito Alonso (15-26). Un Barça demasiado ansioso (3 de 12 triples) que siempre fue a remolque.
La mejora defensiva llegó en el segundo cuarto, con mayor agresividad y un Koponen despierto en ataque. Ello bastó para detener, pero sólo en parte, la sangría, ya que el Anadolu Efes llevó siempre la iniciativa pese a las constantes rotaciones de Sito Alonso. Al descanso un 35-42. Había que espabilar.
Y el Barça no lo hizo. Un 39-42 fue a lo máximo que llegó antes de que Seraphin -el azulgrana más destacado- fuera castigado con una falta antideportiva. Y el Efes, liderado por Stimac, Ledo y MacCollum, volvió a abrir brecha. Y el partido se convirtió en un quiero y no puedo de los azulgrana. Sin poder correr, sin amenaza exterior, perdiendo la batalla por el rebote, y con la ansiedad que crecía a medida que transcurrían los minutos, el Barça se convirtió, otra vez, en un manojo de nervios. Pocas ideas, nula agresividad -los primeros tiros libres los lanzó en la recta final del tercer cuarto- conviertieron al Barça, de nuevo, en un equipo mediocre. Una imagen que ya parecía en camino de quedar desterrada.
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El duelo fue un lento discurrir de minutos que dibujó la derrota de los azulgrana sin que la demostración de Seraphin pudiera impedirlo y pese a la desesperada reacción final. Balance de 2-4 y vuelven a dibujarse las dudas entorno al equipo. No es el mejor escenario, desde luego, para visitar este domingo al Real Madrid.