Ni el Palau Blaugrana es ya talismán para este Barça que, partido a partido, está cavando su tumba europea (9 derrotas en 13 duelos). Esta vez fue el Unicaja que sacó partido de la endeblez y descontrol de un equipo que va sin rumbo.Ansioso perdió su tercer partido seguido en casa (siete en total en lo que llevamos de temporada) algo inédito en la historia. La crisis se ha instalado en el nuevo proyecto que dirige Sito Alonso. Se impone dar un golpe sobre la mesa por que esté equipo está fundido y sólo estamos en diciembre. Lógico que la afición despidiera al equipo con pañuelos y gritos de 'fuera, fuera'.
El Barça de los primeros diez minutos ejemplarizólo sus déficits defensivos permitiendo que el Unicaja, el peor ataque de la competición, le endosara 26 puntos gracias a su amenaza desde el perímetro, a sus penetraciones o haciendo daño en el rebote ofensivo, El Barça pudo dar réplica gracias a la aportación del tridente Heurtel-Sanders-Seraphin junto a Pau Ribas (24-26).
Los mejores momentos para el Barça llegaron en el segundo cuarto con una mejora atrás y más velocidad en ataque (43-37). Pero el Unicaja, jugando abierto o bien amenazando con Shermadini en la pintura, siempre encontró opciones en ataque gracias al tándem Nedovic-Brooks, a menudo con canastas demasiado fáicles (45-44 al descanso).
Sito Alonso -que excluyó de la rotación a Tomic y Navarro- probó todo tipo de combinaciones. Pero, poco a poco, el Barça, que aún seguía en la pelea, iba perdiendo fluidez, ideas y 'ganando' en ansiedad, por que se veía acrecentar el fantasma de una nueva derrota.El Unicaja anotaba con fluidez sin que los azulgrana encontraran la piedra filosofal para parar a su rival (64-66). Sito dio entrada al 'marginado' Vezenkov -que había dejado fuera al contestado Phil Pressey-para buscar una reacción. Pero ni por esas.
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Y las malas noticias se concretaron en el último cuarto. Sin ideas, hechos un manojo de nervios, el Barça fue perdiendo el rumbo en ataque. Y por si fuera poco, Sanders se lesionó en la rodilla izquierda. Fallando tiros libres, los azulgrana se desesperaron y volvieron a perder un día más los papeles. Y el Unicaja, que llegaba, también con el agua al cuello hizo sangre y se llevó la victoria. Este Barça está 'fundido' y da la impresión que hundido- y se antoja necesario hacer algo.