El partido que nadie quiere jugar en una Final Four, el duelo entre los dos perdedores de semifinales, acabó siendo de todos menso monótono, de acuerdo al nivel de Barça y CSKA. Los blaugrana -que a la baja ya conocida de Jawai añadieron la de Sada a quien se dio descanso por su problemas musculares- dieron la cara hasta el final
Y eso pese a protagonizar dos malos inicios (de partido y del tercer cuarto) que permitieron al CSKA dar sendos estirones en el marcador (11-2 y 48-35). Pero el orgullo del Barça le permitió dar la ráplica pese a que la tentación hubiera podido ser la de desconectar. El liderazgo de Navarro, la brega de los jóvenes (entre Abrines y Todorovic anotaron 21 puntos) el despertar parcial de Lorbek y una mejora atrás propulsó el duelo hasta límites de igualdad. Y pese a un arbitraje tendencioso que no midió por igual a ambos equipos, el conjunto de Xavi Pascual logró forzar un final a cara o cruz..
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Navarro adelantó a los blaugrana con un triple (72-73), Jackson respondió con dos tiros libres. La última posesión fue para el Barça pero los blaugrana no lograron anotar y se cetrificó una derrota intrascente que, eso sí, demostró que el orgullo del equipo está ahí.