Ocho partidos, ocho triunfos. La respuesta de Italia tras quedarse fuera de la última cita mundialista no ha podido ser mejor de la mano de Roberto Mancini y lo demostró con su victoria en Liechtenstein; la ‘azurra’ muestra un empaque que recuerda a épocas doradas en el país de la bota.
Se puso por delante Italia pronto, ya que en el segundo minuto de juego un centro desde la izquierda de Biraghi al punto de penalti era rematado al fondo de las mallas por Bernardeschi, que llegaba desde atrás. Llevó la voz cantante durante toda la primera mitad, sin dejar a su débil rival traspasar la línea del centro del campo, pero no acertó con la portería de Liechtenstein.
La falta de puntería transalpina estuvo a punto de aprovecharla Salanovic, que en uno de los pocos acercamientos locales, obligó a Sirigu a estirarse para mandar el balón a la esquina tras un tiro desde la frontal.
MEJORA CARA A PUERTA
Le costó un poco más enchufarse en el duelo a Italia en la segunda parte, pero un disparo lejano de Biraghi que desvió Buchel despertó a los de Mancini. Hasta que Belotti puso tierra de por medio con el segundo, a testarazo tras la salida de un córner de Grifo.
Siete minutos más tarde, Romagnoli anotaría el tercero cabeceando a gol un centro de El Shaarawy, que se sumaría a la fiesta tras un pase interior de Cristante.
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Todavía hubo tiempo para el quinto, obra de Belotti, que cabeceó desde cerca un centro de Di Lorenzo. Liechtenstein solo aguantó a su rival los primeros 45 minutos y la mejor puntería italiana en la segunda mitad propicio el claro triunfo final.