Aleix Vidal es el ejemplo de resiliencia. El polivalente futbolista del Espanyol fue uno de los descartes de Diego Martínez nada más llegar. El técnico fue de cara, pero Aleix también. Si llegaba una oferta que contentara a todas las partes bien, pero sino quería luchar para ganarse su sitio. Empezó sin ir convocado y ahora ya sabe lo que es ser titular.
El aumento de protagonismo del de Puigpelat ha sido meteórico. Las cinco primeras jornadas, a la grada. Frente a la Real fue convocado y salió como revulsivo quince minutos. Repitió rol contra el Valencia, gozando de una mitad entera. Y frente al Cádiz, en el once inicial.
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Como agitador cumplió y en el Nuevo Mirandilla, tras una primera mitad de penuria generalizada, dejó buenas acciones tras el asueto. Tiene claro Diego Martínez que le es más útil de extremo que de lateral, posición en la empezó como blanquiazul. Su tenacidad ha sido premiada en un lapso de tiempo donde algunas bajas en el costado diestro han terminado de catapultar su aparición.