Urgía una reacción. Los malos resultados y la sensaciones empezaban a corromper el ambiente, pese a la tranquilidad que emana el vestuario con Vicente Moreno sentando cátedra psicológica. El Espanyol prágmatico regresó para someter a un Zaragoza voluntarioso, aunque descabezado como proyecto. Y sin recurrir a Embarba y De Tomás, más 'apagadotes' que en otras jornadas. Óscar Gil firmó el 1-0 en una acción de garra. Sergi Darder selló la sentencia. Jugada de babero del balear, con una finta y definición sólo a la altura de un '10'.
Presión alta e intensa, el Espanyol sudó para salir aseado desde atrás con el balón frente a la propuesta aragonesa. Y, cuando lograba desconectarla, la falta de ideas en la zona de tres cuartos le convertían en un equipo manso. Más de lo mismo. El ritmo emponzoñado recordaba a desastres anteriores. Un par de incursiones de Pedrosa, una jugada entre líneas de Melendo y una doble acción de RDT y Wu Lei que frustró el ex Cristian Álvarez.
Leyó el técnico de Massanassa la cartilla o, al menos, eso pareció. La circulación agarró kilómetros por hora y superó la línea adelantada maña. Melendo dispuso de una franca tras un rechace. La enganchó el canterano con el exterior de la zurda. Al centro comercial. Transcurrían los minutos y el marcador permanecía inamovible. Hasta que De Tomás cantó una nana a un centro de Pedrosa y habilitó a Óscar Gil. El ex del Elche, a la segunda, superó al portero argentino.
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Sereno y con la pelota en su poder, el Espanyol no dio esta vez un paso atrás y buscó el segundo. Menuda maravilla fabricó Sergi Darder tras apoyarse en Nico Melamed. El mallorquín dribló con la mirada a Jair, cadera descuajaringada, y definió con una parabola a la cepa del poste. Hasta Diego López subió a abrazarle. El miércoles en Cartagonova, más.