La dinámica negativa del Espanyol no tiene fin. El equipo blanquiazul, que ya acumula seis jornadas consecutivas sin vencer y transmitiendo muy malas sensaciones en el terreno de juego, se suicidó con un lamentable y penoso arranque de partido. En siete minutos encajó un rotundo 0-2 que dejaba un imposible para un equipo que ha perdido la brújula.
El Espanyol de Galca hizo el mayor ridículo en el encuentro que debía ser el punto de partida de la esperada reacción. Las ilusiones de presenciar una victoria que sirviese de reclamo desaparecieron muy pronto. En dos perfectos contragolpes con dos asistencias de película (la primera de Vela y la segunda de Pardo) Jonathas y Vela silenciaron Cornellà. Dos acciones muy parecidas con una finalización idéntica, que reflejaban perfectamente las deficiencias del conjunto catalán.
En siete minutos, repetimos, la Real Sociedad se situaba con 0-2; con todo decidido la única incógnita que quedaba era ver la reacción del equipo local. Y el Espanyol, sin rematar a puerta y con un sistema defensivo muy vulnerable, hizo el mayor de los ridículos, no tuvo capacidad de reacción y acabó echando a la afición de la grada.
La diferencia entre Espanyol y Real Sociedad estuvo en la calidad de sus hombres. Carlos Vela se sacó una espectacular asistencia de la chistera en el primer gol y, en el segundo, fue Pardo el que retrató la pésima ubicación de los centrocampistas y las deficiencias de los defensores (¿para que se ha fichado a Óscar Duarte?). En la segunda parte el castigo aumento hasta acabar con un durísimo 0-5.
La Real Sociedad sale de Cornellà con tres puntos muy importantes que le alejan un poco más de la zona de descenso. Los de Eusebio si estuvieron a la altura de la ‘final’; cómodos en defensa supieron romper al rival con pases en profundidad buscando la espalda de los defensores rivales y en ataque aprovecharon perfectamente las facilidades que encontraron.
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El duro correctivo encajado, 0-5, deja a Galca a las puertas del cese. El nuevo Consejo ya negocia con Caparrós, Martín Lasarte y Manolo Jiménez.