No hay manera de ganar en el RCDE Stadium. El Espanyol volvió a rozar la debacle ante su afición, se salvó con un gol de Raúl de Tomás y arañó un punto que no deja mal sabor de boca. Pero es insuficiente. El Athletic, que enlaza cinco empates consecutivos y 23 temporadas sin ganar a domicilio al Espanyol, fue notoriamente superior a los de Abelardo en la primera hora de juego. En los blanquiazules debutaron Cabrera y Embarba ante la segunda mejor entrada del curso en Cornellà. Al mal tiempo, optimismo. A pesar de encadenar once partidos sin dar una alegría a su parroquia como locales, salen los pericos del farolillo rojo en detrimento del Leganés
El subidón anímico con el que llegaba el Espanyol, a pesar de la eliminación copera, degeneró en un estado de desquicio que se propagó cual virus por jugadores y afición. El inicio no dijo nada, pero el gol vizcaíno lo explicó todo. Enésimo despiste, jugada ensayada en un córner y Villalibre, sin oposición ni marca, bate a Diego López marcando por primera vez en su primera titularidad. No en vano, el Athletic es el equipo con más goles en jugadas de estrategia en esta Liga.
Reacción a medias
Comienzo nefasto de los blanquiazules, el RCDE Stadium helado y a remar contracorriente. Otro día más en la oficina. Por mucho que parezcan mejorar las cosas desde la llegada de Abelardo, tener el agua al cuello te oprime, minimiza tus virtudes. El Athletic comprendió la situación y sometió a un calvario a los espanyolistas. A partir de los laterales Capa y Yuri, dos colosos por las alas imparables para sus coetáneos Víctor Sánchez y Dídac, y un Muniain de director de orquesta, el equipo de Garitano se parapetó a la perfección. El Espanyol no dio como quien dice tres pases seguidos, se vio incapaz de asumir riesgos y Diego López intervino, como siempre, para apagar más fuegos.
Ese querer y no poder ante un muro de hormigón se repitió en la reanudación. El Pitu, temiéndose lo peor, le dio más de media hora al debutante Embarba. Y en la única ocasión con tintes de peligro hasta el momento, un error de comunicación en la defensa vizcaína, rebotes y barullos mediante, permitió a De Tomás fusilar a Herrerín. El delantero blanquiazul ya ha marcado en sus tres primeros partidos con el Espanyol, uno de Copa y dos de Liga.
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La desesperación menguó, los espanyolistas anhelaban más pero el choque fue muy trabado hasta el final. Wu Lei, de cabezazo, pudo arrimar el hombro, sin éxito. Amarrar el empate, mejor que arriesgarse a ganar o a perder. La fatiga hizo mella en el Athletic. El empate fue inevitable.