Hay quien dice que no se valora algo hasta que lo pierdes. El Espanyol ya tiene la piel muy dura en esta carpeta de salidas no deseadas. Dentro de ella, de hecho, hay un subapartado reservado para la marcha de grandes delanteros que han dejado huella y que han marcado a la afición. Tamudo, Marañón, Luis García, Gerard Moreno...
Y ahora parece que habrá que meter en este selecto grupo a Borja Iglesias. No por llegar a hacer historia como el resto, sino por lo que ha significado su marcha hasta ahora. Parecía que nadie le iba a echar de menos pero el arranque de temporada, al menos en Liga, dice todo lo contrario.
El gallego aportó mucho al equipo la campaña pasada. Y tenía gol para aburrir, justo lo que le está faltando a este Espanyol en la competición de la regularidad. En los tres duelos que se llevan disputados, el equipo aún no ha logrado ver puerta, una situación que comienza a ser alarmante para un equipo que busca ser el protagonista de los partidos con altos índices de posesión.
No hay gol pero lo cierto es que ni siquiera hay ocasiones. Los delanteros no están finos de cara puerta y a ello hay que sumarle que tampoco les llegan excesivos balones. Vargas es el único que le está dando algo de desequilibrio al equipo en los últimos metros puesto que Melendo, que no es extremo, está algo desubicado en la parcela diestra del ataque.
Su rol como mediapunta tirándose para dentro ha dejado libre el carril diestro y obliga al equipo a atacar siempre por el mismo costado. Al de Sant Adrià le está faltando chispa arriba y una posible reubicación en el centro del campo junto a Marc Roca y Víctor Sánchez podría darle algo más de profundidad al equipo y un buen último pase, con Wu Lei atacando el flanco diestro del ataque.
El discutible relevo de Borja
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La dirección deportiva trabajó para intentar traer un delantero que hiciera olvidar a Borja Iglesias y finalmente esperó hasta los instantes finales del mercado para traer cedido a Calleri. La posición de delantero quizás requería de un esfuerzo mayor y más tras el dinero obtenido por las ventas del propio ‘9’ gallego y de Mario Hermoso. Tan solo llevamos disputadas tres jornadas ligueras pero la racha debe acabar ya. Gallego necesita encontrar la tecla para que su equipo carbure. No tiene mucho tiempo.