Asturias no es patria querida para el Espanyol. Después de pinchar en Gijón, el Oviedo salió de Cornellà con la recompensa de un punto. La expulsión de Dídac Vilà resultó determinante. Los blanquiazules dominaban gracias a Melendo cuando el de Mataró desafió al reglamento. En inferioridad de efectivos, los carbayones encontraron su premio en un 'zapatazo' de Nahuel. La segunda posición, en riesgo.
El compromiso de Raúl de Tomás con el equipo y el club está fuera de toda duda. Entrenándose en solitario durante una semana, exigiéndose al máximo y apenas realizando la última sesión semanal con sus compañeros, el delantero madrileño decidió que su rodilla estaba en perfecto estado para medirse al Real Oviedo. Vicente Moreno ni lo dudó. Si está bien, titular sin discusión.
Y RDT arrancó entusiástico. Amenazando con su pierna zocata la meta carabayona. El Espanyol devoró por actitud e intensidad a un Real Oviedo pavorido y que en el 9’ ya recogía el esférico de las mallas. Asociación entre Melendo y De Tomás, el ariete que se la acomoda a la zurda tras quebrar a Sangalli y suelta un zambombazo que Femenías rechaza defectuosamente al corazón del área pequeña. Melendo, con alma de ‘killer’, acudió al balón suelto para meter la puntera de la zurda y elevar el 1-0 al tanteador del RCDE Stadium.
Aparece el VAR
No hay encuentro tranquilo para los blanquiazules. Cuando no es una cosa, es otra. Y últimamente es el estamento arbitral el que está en el ojo del huracán. Trujillo Suárez, a instancias de Ais Reig en la sala del ‘Gran Hemano’, acudió a la pantalla para mandar a la ducha a Dídac Vilà. Entrada dura del lateral de Matarò sobre Juanjo Nieto. Cartulina anaranjada que los colegiados decretaron como roja. Una temeridad evitable.
Restructuró Moreno su once tras el receso e introdujo a Fernando Calero para apuntalar la zaga. El duelo, sin embargo, se inclinó sobre la portería de Diego López. Los carbayones, progresivamente, fueron encerrando al Espanyol en su parcela. El empate llegaría en una genialidad de Nahuel. El argentino, que apenas llevaba unos segundos sobre el césped, condujo con la derecha y armó un lanzamiento ante el que Diego López sólo pudo que aplaudir.
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Sufría y sufría la escuadra blanquiazul, con la energía ya justa en el tramo final del partido. Afortunadamente para los intereses pericos, los ovetenses también llegaron a la fase decisiva en reserva. Ocasión desperdiciada para un Espanyol que fue netamente superior hasta la roja a Dídac.