Demasiado está jugando a la lotería el Espanyol y claro, premio te llevas pocas veces. De Butarque ni la pedrea se llevó el conjunto de Machín que volvió a mostrar una versión pobre. Un fútbol que o se remedia o tiene un destino seguro que nadie quiere nombrar todavía. Cinco puntos de 30 es el balance de machín en el banquillo. Lo dice todo.
Era una final y el Espanyol la jugó con demasiada presión sobre las espaldas desde el segundo uno y la primera mitad fue decepcionante. La segunda incluso más pero el aficionado blanquiazul esperaba hoy un equipo que mordiera, que luchara, que si caía fuera con una cara decente sobre el verde. Nada más lejos de la realidad.
Todo se puso a contracorriente cuando a Braithwaite se le iluminó la virgen con un movimiento que le hemos visto más de una vez a Benzema con un giro para dejar sentados a Bernardo y David López para finalmente definir con una calma que no iba asociada al partido. El gol tempranero, tan solo habían pasado once minutos de partido, fue un jarro de agua fría a un Espanyol que ya estaba de por sí en la luna de Valencia.
Ni reacción ni fútbol. El Espanyol no disparó ni una sola vez entre los tres palos. Realmente ni fuera de ellos. Tampoco el Leganés apretó para meter el segundo pero las sensaciones que transmitían los pepineros era otra.
Campuzano era de los pocos que ponía una marcha más cuando recibía el balón y fue él quien tras el descanso tuvo la mejor para los pericos en todo el partido con un remate dentro del área que se marchó fuera.
Fue fallar el Espanyol y rematar la faena los de Aguirre. Belleza de combinación entre Braithwiate y Kevin Rodrigues para que En-Nesyri acabara la faena con un remate de primeras directo a la escuadra. Machín movió sistema e intentó remover un partido que no estaba saliendo nada bien. El Leganés se dedicó a amarrar el resultado ante la ineficacia de los blanquiazules en zona de ataque.
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Apenas un disparo de Calleri que tuvo el único momento de lucidez a cinco minutos para el final pudo meter algo de nerviosismo entre los locales que siguen levantando cabeza. Todo lo contrario a un Espanyol que tiene un problema 'gordo'. Como el premio que andaban buscando y no encontraron. Y ahora el Barça tras las vacaciones. A más de uno se le atragantarán los turrones estas Navidades.