El RCD Espanyol de Joan Francesc Ferrer 'Rubi' sigue viviendo un momento dulce. Los pericos suman ya 14 puntos gracias a un gran arranque de Liga que le ha situado como quinto en la clasificación, una posición de la que no disfrutaba desde la temporada 2010-11.
Un balance de cuatro victorias, dos empates y dos derrotas mantiene al conjunto blanquiazul igualado a puntos con Real Madrid y Atlético, a uno del Barcelona y a dos del líder, el Sevilla.
Hace ocho campañas, el cuadro blanquiazul ostentaba un punto más que ahora, 15, con un balance de cinco victorias, tres derrotas, ocho goles a favor y diez en contra. En ese curso, los catalanes acabaron octavos en la tabla.
Desde entonces, los aficionados pericos han vivido unos arranques de su equipo mucho más modestos que el actual, ya que en la temporada pasada, el Espanyol era decimotercero antes de llegar al parón de octubre y nunca, desde la 2010-11, había pasado del octavo puesto en las ocho primeras jornadas.
Con los pies en el suelo
En el vestuario blanquiazul, sin embargo, nadie desata la euforia ni evita la autocrítica. Rubi, que acaba de cumplir tres meses al frente del Espanyol, solo piensa en el siguiente tramo del calendario: dos partidos fuera de casa, ante el Huesca y el Valladolid.
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Que los primeros compases de la temporada hayan sido tan exitosos refuerza la propuesta futbolística del cuerpo técnico, así como el discurso ambicioso del entrenador catalán.