Esta vez no sonó la flauta en el añadido y el Sevilla se quedó sin pleno de puntos al parón internacional. Reconocible y reconocido el esfuerzo de los andaluces, insuficiente para someter a un Elche que convivió con la fatiga para puntuar. La imagen de los franjiverdes ante otro club Champions, de matrícula de honor.
Cantaba la chicharra en el Martínez Valero. Sol de justicia y ambiente sofocante. Invierno para un sevillano. La alta temperatura no aplacó a los de Lopetegui, con la piel curtida en la José Ramón Cisneros Palacios. Eléctricos y profundos por banda, Óscar remató forzado un mal despeje de Enzo Roco. El balón se estampó en el palo.
Sirvió de advertencia y los franjiverdes, con un 3-5-2 sólido y el tándem argentino Boyé-Benedetto lanzando la presión, se adelantaron en el marcador. Bono salvó una volea de Raúl Guti y un derechazo de Diego González. Enzo Roco cantó premio a la tercera. Fidel alzó el periscopio y habilitó al central chileno, de palomero tras dos acciones a pelota parada.
El Sevilla optó por el balón y privar de la euforia a su oponente, especialmente buscando las incorporaciones de Navas y Acuña, por momentos extremos, aunque incurrió con asiduidad en el lanzamiento lejano. La disposición de Escribá cerraba las llegadas por el centro. En-Nesyri tuvo el empate que se estrelló en Casilla. El marroquí alzó la voz con el descanso girando la esquina. Acuña sirvió una falta lateral izquierda templadita en el área y el delantero, con su 1,89, cabeceó impecable el empate. Protestaron los locales una falta de Rekik en la pantalla sobre Pere Milla. Pizarro Gómez y el VAR se inhibieron.
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Bajó el rendimiento de ambos equipos. El listón estaba demasiado alto. Escribá y Lopetegui oxigenaron a sus equipos con piernas frescas, pero el esfuerzo se acusó con un segundo tiempo bradicárdico. Rafa Mir remató a la luna un caramelo de Navas en una rápida transición. Fue la única ocasión de un duelo que dejó el estreno desapercibido de Thomas Delaney.