Shavarsh Karapetian, portador de la llama olímpica de Sochi 2014 a su entrada a Moscú, sufrió el temor de cualquier portador de la llama. Que se te apague.
Una semana atrás, se realizó el protocolario acto en Olimpia, ciudad griega cuna de los juegos. Es en esa ciudad donde se enciende la llama, fuego que tiene que llegar, del original olímpico, a la ciudad organizadora.
Esta vez no pasará. Ya que al apagarse no se volvió a encender con fuego salido del sol griego, como manda la tradición, sino que la antorcha olímpica se encendió con un mechero Zippo.
De gasolina normal y corriente es donde procede el fuego de esta llama olímpica. Un mal presagio.
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