Sorpresa en mayúsculas. Sorpresón en la Copa de la Liga de Francia. Y es que el Guingamp fue capaz de darle la vuelta al partido y a la eliminatoria en el Parque de los Príncipes ante un PSG que terminó desquiciado.
Las cosas fueron bastante igualadas durante buena parte del encuentro. En una primera parte sin mucha historia, ambos equipos protagonizaron sus primeras intentonas pero sin nada de puntería -no hubo ni un tiro entre los tres palos-, la cosa apenas se movió.
Ya tras haber pasado por los vestuarios la cosa se animó. Primero fueron los visitantes los que a la hora de juego desaprovecharon una pena máxima, que ejecutó Thuram para ponerse por delante. Y acto seguido fueron los de Tuchel los que sí inauguraron el marcador por mediación de Neymar.
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Todo parecía ir a las mil maravillas. Más aún cuando los minutos iban pasando sin que sucediera mayor cosa. Pero cuando se entraba en la recta final, dos penaltis-el primero con la firma de N’Gbakoto y el segundo con la de Thuram, que esta vez sí logró transformarlo- dejaron a los parisinos con cara de pocos amigos y desquiciados por despedirse de una competición doméstica a la que aspiraban salir campeones.