Mineiro y Botafogo se abren paso hasta las semifinales

El primer duelo brasileño terminó con la eliminación del Fluminense tras la victoria de los de Belo Horizonte por 2-0

En el segundo derbi, a los cariocas les bastó con empatar 1-1 para ir a los penaltis y dejar fuera a São Paulo

This browser does not support the video element.

El Botafogo eliminó al Sao Paulo en los penaltis y se clasificó para las semifinales de la Copa Libertadores por primera vez desde la edición de 1973. / PERFORM

EFE

Deyverson, viejo conocido del fútbol español, mandó a casa a Fluminense, campeón de la Copa Libertadores 2023, y, con dos goles decisivos en la segunda mitad, metió al Atlético Mineiro en las semifinales, donde se medirá con River Plate. El exjugador de Deportivo Alavés, Levante y Getafe salió desde el banquillo al filo del descanso y firmó un doblete para darle la vuelta in extremis a la derrota por la mínima que el conjunto de Belo Horizonte encajó la semana pasada en el Maracaná (1-0).

Hubo que sufrir para el 2-0 y culminar la remontada, que solo llegó en el minuto 89, en un centro de Hulk que Deyverson empujó a la red en el Arena MRV. Mal partido del campeón, que ahora tendrá que centrarse en no descender a la segunda división del Campeonato Brasileño.

El baño del Atlético Mineiro empezó en el primer minuto. El equipo dirigido por el argentino Gabriel Milito se mereció ir al descanso con algo más que un 0-0 porque hizo de todo para golear. En el minuto 7, Hulk desaprovechó un penalti por mano del colombiano Jhon Arias. Fábio, con más de 100 partidos de Libertadores en sus espaldas, adivinó el lado y detuvo el lanzamiento. Pero el acoso no acabó ahí. Fluminense era incapaz de retener el esférico más de cinco segundos. Gustavo Scarpa, improvisado carrilero por la derecha, se hinchó a desbordar, a poner centros y a bombardear la meta de Fábio. Guilherme Arana también avanzó por la izquierda y Battaglia estrelló en el palo un zurriagazo desde fuera del área.

El cuadro carioca, sobrepasado en todo momento, solo creó algo de peligro en un cabezazo de Thiago Silva y una finalización de Kauã Elias. Demasiado poco para un equipo que basa su juego en la posesión. A Milito le mosqueó la falta de puntería y aprovechó la lesión de Bernard justo antes del descanso para meter a otro delantero centro, Deyverson, todo un superviviente del área.

Poco tuvo que hacer para dejar su impronta en el partido. Enésimo centro de Scarpa y el delantero de 33 años, experto en citas importantes, se impuso a Thiago Silva y cabeceó al fondo de la red. Falló el exjugador de Chelsea y París Saint-Germain, al que además le rebotó el cabezazo de Deyverson en la espalda. Eliminatoria empatada con casi toda la segunda parte por delante.

Fábio volvió a aparecer para evitar lo inevitable al desviar un disparo de Scarpa que iba directo a la escuadra. También estuvo bien colocado el meta de 43 años en dos lances de Paulinho que olían a gol. El Mineiro acusó el esfuerzo y bajó el pistón en los últimos minutos del segundo tiempo. Los penaltis parecían inevitables, pero siguió empujando y encontró el premio.

Porque Hulk se inventó un centro al segundo palo y ahí estaba él, Deyverson, para estirarse y darle la vuelta a la eliminatoria. El ariete brasileño fue el héroe indiscutible y hasta se emocionó sobre el césped.

Botafogo fulmina a São Paulo en los penaltis

Botafogo silenció este miércoles el Morumbí, tras eliminar a São Paulo en la tanda de penaltis (4-5) después del 1-1 en los 90 minutos, y se plantó en unas semifinales de la Copa Libertadores 51 años después, ronda en la que se medirá a Peñarol o Flamengo. El argentino Thiago Almada adelantó al equipo de Río de Janeiro en el minuto 15, pero su compatriota Jonathan Calleri igualó en el 87 y llevó a los penaltis esta eliminatoria igualada y disputada entre equipos brasileños, que venían de empatar sin goles en la ida.

El propio Calleri, que estrelló su lanzamiento al palo, y Rodrigo Nestor, que no superó al guardameta John, fallaron y le dieron la clasificación a un Botafogo que no pisaba unas semifinales de Libertadores desde 1973. Entonces el club carioca estaba liderado por Jairzinho. Hoy, está dominado por la cartera del magnate estadounidense John Textor, cuyo proyecto empieza a dar sus frutos: líderes en la Liga brasileña y entre los cuatro mejores de Sudamérica.

Final cruel para São Paulo, que también erró un penalti en el tiempo reglamentario.

Como ocurrió en Río, el miedo a equivocarse predominó entre los 22 futbolistas en el feudo paulista, todo engalanado para la ocasión. Y fue en esas que Botafogo asestó el primer golpe en una mala salida de Luiz Gustavo. El venezolano Jefferson Savarino apuró línea de fondo y puso un centro que rechazó Rafael, con tan mala suerte, que acabó en la cabeza de Almada.

En ventaja, Botafogo no se prodigó mucho en el área rival, pero su verticalidad fue un problema constante para los locales. Su juego fluía. Igor Jesus retrasaba su posición para descolocar a los centrales, Almada aparecía entre líneas y Luiz Henrique y Savarino eran una amenaza constante por las bandas. Al técnico del São Paulo, Luis Zubeldía, se le acabó la paciencia rápido y en el minuto 36 metió a Luciano por William Gomes, joven promesa de 18 años. Hasta entonces, el plan del São Paulo se había limitado a poner balones en largo a Calleri.

Aun así, la entrada de Luciano devolvió la alegría al tricolor. Bobadilla dio el primer aviso a la salida de un córner con un buen disparo que desvió por los pelos Luiz Henrique. En esa jugada el VAR detectó una mano de Bastos dentro del área interceptando un cabezazo de Lucas Moura. Fue una de esas manos polémicas, involuntarias, pero que se pitan en los tiempos actuales.

Penalti que no supo aprovechar Lucas Moura. El exjugador del Tottenham metió el pie demasiado y el balón raspó el travesaño y se marchó fuera.

Pese a todo, el conjunto paulista continuó progresando en la segunda mitad. El verse con el agua al cuello le vino bien. Mientras, Botafogo se dejó dominar para salir al contragolpe. Aunque jugó con fuego y terminó quemándose. Calleri, solo en el segundo palo y a pocos metros de la línea de gol, falló lo imperdonable tras un centro de Luciano que se paseó por el área. El ariete argentino se redimió en el último suspiro con un cabezazo de época, llegando desde atrás y elevándose más que nadie, para empatar y llevar la eliminatoria a los penaltis.

Con los nervios a flor de piel, los dos banquillos se enzarzaron en el tiempo de descuento. La trifulca acabó con las expulsiones de Rafinha, que ya estaba en el banquillo, y Roberto Junior Fernández, suplente del Botafogo.

Pulsa para ver más contenido para ti

En los penaltis, John detuvo el disparo de Rodrigo Nestor y Matheus Martins marcó el suyo para dar el billete al equipo carioca.

Pulsa para ver más contenido para ti