ÚLTIMA HORA

Barça

Real Madrid

Fútbol

Motor

+Deportes

Sport TV

Actualidad

FDJ

El más grande sigue siendo River Plate

El equipo Millonario se quedó con la Libertadores tras ganar 3-1 en el Bernabéu

El Pity Martínez decidió en un final de novela

 Los 'millonarios' se proclamaron campeones en la prórroga del partido del Siglo / | sport
Sebastián Vargas Rozo

River Plate se quedó con la Copa Libertadores en el Santiago Bernabéu tras vencer en el juego de vuelta por 3-1 a Boca Juniors en un partido de 120' que no se definió hasta el tiempo final de la prórroga, prolongando el vilo que se mantuvo desde la suspensión del partido el 24 de noviembre en el Monumental.

Fue notorio que todo el peso de la previa le cayó encima al compromiso. Lo gastado de la polémica, idas y vueltas que no llevaban a nada, se reflejó en el poco juego que mostraron los primeros minutos. El fútbol no parecía invitado a la final, dejando el balón más tiempo en los aires del Bernabéu que en el verde césped.

Lo más claro de Boca en ataque lo mostraba, inesperadamente, Pablo Pérez, siendo ello fiel reflejo de la ausencia ofensiva. El '8' tuvo el gol en dos pelotas que le llegaron de casualidad tras un par de rebotes, pero Armani primero y Casco después le ahogaron el grito.

En el filo del descanso llegó el éxtasis. Benedetto fue quien invitó el gol a la fiesta, recibiendo un pase fenomenal de Nández y dejando por los suelos a Pinola y Maidana. En el mano a mano con Armani no reculó. El Pipa elevó su figura a la talla de ídolo con su quinto gol en los últimos cuatro partidos de Libertadores. Y no fueron en cualquier situación: dos semifinales y dos finales.

El gol destrabó el marcador para los últimos 45', pero no el juego, que se mantenía poco aceitado. El nerviosismo de Maidana y Pinola era poco aprovechado por los atacantes de Guillermo. Caso contrario a Pratto, devorador ante cualquier duda de Andrada. Ambos tuvieron un choque que pudo haberse decretado como penalti, pero Cunha se lavó las manos y dejó todo en falta ofensiva.

Los cambios de ambos entrenadores terminaron desequilibrando la partida. La salida de Benedetto en Boca y la entrada de Quintero en River movieron la medular en favor de los dirigidos, circunstancialmente, por Biscay. Prueba de ello fue la gran jugada que desembocó en el empate. Nacho Fernández y Palacios combinaron para cedérsela a Pratto, que definió en soledad y desató la alegría de 'La Banda'.

Ahí, al 68', se acabó la segunda mitad. Sobraron los 22' restantes, que tuvieron a ambos equipos resguardándose para la prórroga al punto máximo de nerviosismo, donde inclusó el estado de máxima tensión se hizo más latente.

Quintero intentó en los 30' de alargue batir las manos de un Andrada extenuado. El centrocampista, clave en la ecuación final, era el dinamismo que necesitaba el equipo. Encontró premio, el mayor de la noche, al 109', con un señor golazo. El colombiano entró a decidir la final argentina en un campo español. 

Y como si el guión no fuese risible por sí solo, los minutos finales pasaron con un Andrada metido en campo rival. Pity Martínez en el último suspiro aprovechó ello para, con un contraataque, poner el punto final al partido más largo de la historia. 

 

Desenlace de la película, cuarta Libertadores para los de Núñez y una frase que, como su himno en el Monumental domingo tras domingo, retumbará por todos los rincones de Buenos Aires: el más grande sigue siendo River Plate.