El Fluminense cobra ventaja de cara a la vuelta

Fluminense logró este miércoles una victoria in extremis, por 1-0, gracias a un cabezazo de Lima frente a un Atlético Mineiro que pagó muy caro su conformismo en el Maracaná y ahora está obligado a remontar en casa para avanzar a las semifinales de la Copa Libertadores. El mediapunta brasileño, que había salido desde el banquillo, desequilibró un encuentro tibio y falto de emoción con un cabezazo en el minuto 88 a pase de Keno, quien también entró en la segunda mitad. Aunque el mejor del Flu, campeón en 2023, fue el internacional colombiano Jhon Arias, que se hizo dueño del centro del campo.

El Mineiro tuvo tramos de lucidez, pero en ningún momento puso toda la carne en el asador, consciente de que el desenlace de este duelo de 180 minutos será dentro de siete días delante su afición. Solo Hulk buscó la victoria para los dirigidos por el argentino Gabriel Milito.

Ambos equipos venían de sendas derrotas en el Campeonato Brasileño y entraron temerosos. Nadie quería fallar y dar ventaja al rival, algo nada fuera de lo normal en estas latitudes del torneo. Esos miedos hicieron de todo el encuentro una película lenta y con poca sustancia.

El Flu dominó, pero de forma parsimoniosa. El Mineiro apostó por el contragolpe. Hulk fue el más activo de los gallos en la primera y la segunda mitad. Del lado carioca, brilló Arias. El centrocampista colombiano bajó a recibir para iniciar jugada, desbordó por la izquierda y filtró pases que generaron serio peligro. En uno de esos toques magistrales puso a correr a Diogo Barbosa, quien apuró línea de fondo y vio a Kevin Serna por el retrovisor, si bien el colombiano, solo dentro del área grande, disparó al aire en la mejor oportunidad del cuadro carioca en el primer tiempo.

Aun así, Fluminense se fue al descanso con mejores sensaciones. El único punto negativo fue el renqueante estado de Thiago Silva, que se marchó lesionado en el intervalo. La baja del exjugador de Milán, París Saint-Germain y Chelsea se sintió más de lo previsto. A ello se unió que el Mineiro salió con otra actitud y empezó a morder.

Otra vez Hulk disparó firme desde fuera del área y otra vez se topó con Fábio. Gustavo Scarpa y Guilherme Arana ensancharon el Maracaná y encerraron a un Flu tocado tras la salida de su capitán. Tanto que hasta Ganso y Thiago Santos se pusieron a discutir entre ellos antes de un saque de esquina.

Mano Menezes quiso darle la vuelta al partido con un triple cambio y de una tacada entraron Marcelo, exjugador del Real Madrid, Lima y Germán Cano, quien no jugaba por una lesión desde finales de julio. Y los locales recuperaron el control. Los de Milito, por su parte, dieron por bueno el empate y esa fue su sentencia.

Keno avanzó por la banda izquierda, sentó a Brahian Palacios y puso un centro templado al corazón del área que remató Lima. Everson tocó el balón, pero no lo suficiente y Fluminense se va a Belo Horizonte con una victoria clave para seguir defendiendo su corona.

Botafogo no puede con un rocoso São Paulo

Botafogo presionó y atacó hasta la saciedad, pero fue incapaz de pasar del empate sin goles este miércoles ante un São Paulo que resistió con entereza en el Nilton Santos en el otro duelo brasileño de cuartos. La eliminatoria se definirá dentro de siete días en la cancha del Tricolor de Morumbí.

El conjunto de Río de Janeiro hizo todo bien, al son de Luiz Henrique y el venezolano Jefferson Savarino, menos lo fundamental: marcar. En cambio, São Paulo, haciendo muy poco, se marcha al partido de vuelta con un valioso botín después de un ejercicio de absoluta resistencia comandado por Sabino y el ecuatoriano Robert Arboleda.

Aunque este primer asalto solo tuvo un amo y señor: el Botafogo. El conjunto dirigido por el portugués Artur Jorge anuló a un São Paulo que solo se dedicó a achicar agua. Aplicó una presión asfixiante y encerró a su rival de principio a fin. Dejó claras sus intenciones desde el primer minuto con una media tijera de Savarino, que más tarde estrellaría un disparo al palo desde el pico del área. También se hizo notar Luiz Henrique por la banda derecha, convertida en una autopista sin peaje para él y para el lateral Vitinho.

Enfrente, al cuadro dirigido por el argentino Luis Zubeldía se le hizo larguísimo el campo y el cronómetro. Casi no pasó del centro del campo. Jonathan Calleri era una isla en mitad del océano del Nilton Santos. Lucas Moura se las tuvo con el césped sintético del feudo carioca. Solo William Gomes se atrevió a lanzar alguna carrera a la espalda de la zaga.

Botafogo percutió y se estrelló dos veces con la madera. Primero fue Savarino y en la siguiente jugada la mala fortuna abrazó a Luiz Henrique, aunque el árbitro ya había anulado la jugada. Marlon Freitas también rozó el gol con otro disparo próximo al marco de Rafael, que perdió todo el tiempo posible cada vez que le tocó sacar para enfado monumental de la afición botafoguense.

Los visitantes capearon mejor el temporal en la segunda mitad porque al Botafogo, que defiende el liderato en la Liga brasileña, le empezó a hacer mella el cansancio. Los pases ya no eran tan precisos, ni Luiz Henrique estaba tan fino. Pero, pese a todo, el Nilton Santos siguió inclinado a favor de los locales hasta que en el último cuarto de hora el partido se rompió.

No fue hasta el minuto 75 que São Paulo gozó de su primera gran oportunidad en un centro del uruguayo Michel Araújo que Calleri envió de forma inexplicable por encima del travesaño. Los nervios prevalecieron en la recta final, para fortuna de un São Paulo, todo un tricampeón de la Libertadores, que tiene en su mano volver a unas semifinales. Para empezar, Botafogo ya no podrá contar con Bastos, uno de sus centrales titulares, que se perderá la vuelta por acumulación de tarjetas.