Un equipo y todo su entorno pueden ver radicalmente cambiada su situación en apenas unas horas. Si antes de la final el sevillismo era un clamor animando y jaleando a los suyos de cara al complicado y ambicioso objetivo que tenían por delante en una nueva final, una vez pitó el colegiado ( y ya desde unos minutos antes) los pitos y los cánticos ofensivos contra los jugadores ganaron la partida con claridad.
Los cinco goles encajados y la superioridad aplastante del Barça escocieron muchísimo entre la ilusionada hinchada hispalense que había acudido en masa al flamante y espectacular nuevo estadio del Atlético de Madrid. La imagen de los jugadores pidiendo perdón a la grada y esta devolviéndole el gesto con una sonora pitada y sin ningún afán por aceptar las disculpas es ya una de las 'fotografías' de esta temporada. Los futbolistas de Vincenzo Montella, destrozados, intentaron ganarse la redención de su afición tras el 0-5 encajado, pero lo que recibieron aún les hundió más en la miseria.
Tensión máxima en Atocha
Las caras largas acompañaron a la expedición al completo hasta el momento en que desapareció del césped del Wanda para dar paso al jolgorio de los jugadores del Barça con sus familiares y amigos. Pero lo más duro quizás ha llegado esta mañana para la plantilla, que se dirigía hacia la estación de Atocha para coger el AVE Madrid-Sevilla y que se ha encontrado con unos cuantos aficionados con ganas aún de increparles. Se han producido momentos de tensión con el capitán Nico Pareja y con Guido Pizarro.
Un aficionado ha comenzado a gritarles de forma ofensiva y los agentes de seguridad han tenido incluso que agarrar al central argentino para evitar que la cosa fuera a mayores. Además, las imágenesx muestran también las mujeres de algunos futbolistas llorando mientras viven la escena. En definitiva, se le van a hacer muy largos a Montella y a los jugadores estos seis partidos que les quedan de Liga.
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