Los gritos y silbidos fueron tan potentes que llegaron a dejar en un segundo plano los acordes del himno estatal que sonaron por megafonía.
El abucheo general fue igual o mayor que el que se produjo en la final de hace tres años entre ambos equipos, en Valencia. Tanto es así que los primeros pitidos se empezaron a oír incluso antes de que sonara el himno.
También se escucharon cánticos a favor de la independencia y en contra de la presidenta de la Comunidad de Madrid, que esta semana caldeó el ambiente de la final con unas declaraciones en las que solicitaba que el partido debía suspenderse, y disputarse al día siguiente a puerta cerrada, si el himno español era abucheado.
Los prolegómenos del encuentro también se vieron marcados por la controversia política, ya que la policía requisó silbatos e incluso banderas independentistas catalanas a los aficionados que acudían a la final, por orden de la delegación del Gobierno en Madrid, según informó RAC-1.
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A pesar de eso, en las gradas del Calderón se vieron un elevado número de 'estelades' (banderas catalanas con la estrella soberanista).