Que las tres derrotas consecutivas son mucho más que una mala racha quedó patente tras la final de Copa del Rey. Los jugadores del FC Barcelona se encerraron en el vestuario de Mestalla nada más terminar la ceremonia de entrega y no salieron de allí hasta terminadas las ruedas de prensa de Martino y Ancelotti.
Lo curioso, y lo que más evidencia la fractura que existe dentro del club, fue el hecho de que, tras pasar por la sala de prensa, el Tata Martino se fue directamente al autocar del equipo sin pasar, de nuevo, por el vestuario ni reunirse con sus jugadores. La plantilla, sin embargo, continuó encerrada a cal y canto hasta que Andrés Iniesta y Xavi Hernández fueron los primeros en dar la cara en zona mixta.