El Barça fue el primer equipo en llegar a Valencia, donde aterrizó a las siete de la tarde y fue recibido con vítores de sus seguidores y con abucheos de los del Real Madrid, que también estaban en el aeropuerto a la espera de su equipo, que debía aterrizar una hora después.
La llegada de ambas expediciones en avión y con apenas una hora de diferencia propició la presencia de seguidores de ambos equipos y la presencia de una amplia dotación policial en el aeropuerto, donde no se produjeron incidentes.
La delegación del Barça llegó encabezada por el presidente del club, Josep María Bartomeu, y el entrenador, Tata Martino.
A continuación el autobús se desplazó desde el aeropuerto, situado a unos diez kilómetros del centro de la ciudad, hasta el hotel, ubicado a unos 300 metros de Mestalla, escenario de la final.
Allí había aficionados del Barça con camisetas del equipo, entre los que destacaban las que llevaban el nombre de Neymar, aunque también las había con el de Messi e incluso con el de Ronaldinho.
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Los jugadores entraron con celeridad en el hotel, en cuyo acceso había cuatro furgones policiales, aunque no se han registrado incidentes.