Josep Gombau será la voz catalana en la Copa Confederaciones que comienza este sábado en Rusia con el enfrentamiento entre la selección anfitriona y Nueva Zelanda. Australia, de la que Gombau es segundo entrenador, debutará el lunes frente a Alemania.
A los socceros, tal y como se conoce a la selección australiana, a sus futbolistas, ya no se les hace extraño cuando le oyen hablar por el móvil con su mujer o sus hijas. A Josep Gombau le escuchan en catalán pero hace tiempo que dejó de ser un desconocido en Australia. Llegó para hacer grande al Adelaide United y su buen trabajo le ha llevado ahora a la selección.
Responsable de la sub’23, es el ayudante de Ange Postecoglou en la absoluta que disputará la Copa Confederaciones y algún que otro grito, confiesa, se le sigue escapando en catalán. “Es inevitable” sonríe, “aunque ya saben todos que no soy precisamente un entrenador de mucho grito”.
Primer entrenador español que triunfó en Australia, su prestigio no cesa de crecer
Este jueves llegaron a Socchi para acabar de perfilar el partido frente a Alemania, gran favorita del grupo B en que los australianos suspiran por alcanzar la segunda plaza discutiendo con Chile y Camerún. “Sabemos que estamos ante un desafío muy grande y que sobre el papel no somos favoritos para meternos en semifinales” reconoce Gombau, aunque dejando claro que Australia “peleará por conseguirlo”.
De ello dan fe los futbolistas desde hace dos semanas, cuando comenzaron la preparación del torneo y conocieron de primera mano que la fama que acompañaba al técnico catalán no era gratuita. Detallista, meticuloso y entregado a su trabajo de manera absoluta, en Adelaide, donde cedió el testigo a Guillermo Amor, es un personaje aún muy estimado.
Desde que mostró sus conocimientos al frente de la FCBEscola, hace ya una década, y hasta hoy, Gombau trabajó en Dubai, Hong-Kong, Adelaide y Nueva York, para volver a Australia, reclutado por la federación, para hacerse cargo de la selección sub'23. Su apuesta y metodología futbolística, sin embargo, no quedaron en segundo plano y le colocaron al lado de Ange Postecoglou en la absoluta.
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Y en la Australia futbolística su prestigio no cesa de crecer. Aunque siga, queriendo o sin querer, soltando algún grito en catalán...