SUBE: El Barça. Sin duda. Luis Enrique ha sabido engrasar a un equipo que adolecía la ausencia de Leo Messi. No solo lo ha conjuntado, lo ha hecho ganador. La labor de Sergi Roberto en el centro del campo, la vuelta de Iniesta y el magnífico, que digo, inmejorable estado de forma de Neymar y Luis Suárez, hacen a este Barça capaz de lo que se propongan. Se olvidaron de los favoritismos y provocaron, a base de fútbol, una pañolada y gritos de "Florentino dimisión".
BAJA: El Real Madrid. Pese a que comenzaron las dos partes muy enchufados, no jugaron a nada. Ni la vuelta de los titulares ni historias. Rafa Benítez está muy solo y el Bernabéu se lo hace saber. El equipo no juega a nada y en este Clásico no ha habido ni una de las líneas que optase al aprobado. Pésima defensa, desaparecido centro del campo y olvidada delantera. Noche horrorosa en un feudo blanco que no dudó en pedir la dimisión de su presidente y acabó pitando a Cristiano Ronaldo.