Se quedó en el Madrid para coger el testigo de Cristiano. Se aireó, desde su entorno, que la presencia del portugués era un tapón para el fútbol de Bale. Pero al galés le ha quedado enorme el cometido.
Subestimó el Madrid la importancia de Cristiano. Y se encomendó a un Bale, que solo ha tenido momentos en el Madrid. Algunos importantes en la historia reciente del club, pero sin la continuidad que se espera de un jugar de este calibre.
No hubo noticias de Gareth en el Camp Nou, a pesar de jugar con libertad. A pesar también de estar acompañado de un facilitador como Benzema. Y de un talento como Isco, un fastidio para el Barça todo el encuentro.
El galés fue el segunda punta del Madrid, aunque partiendo sin una posición fija. Comenzó por la derecha, pero fue merodeando el área, aprovechando la tendencia de Benzema a juntarse con los centrocampistas.
No fue el día de Bale, al que le anularon un gol por fuera de juego, en un Madrid que se sintió más cómodo volcando el juego por la banda izquierda. No fue el día de Bale tampoco en defensa, donde fue cómplice del despliegue de Jordi Alba. El lateral jugó liberado porque el galés no siguió ninguna de sus carreras.
Resulta asombroso a día de hoy recordar los inicios de Bale, cuando era un carrilero capaz de abarcar toda la banda. De esa versión apenas queda el recuerdo, así que cuando no marca diferencias arriba, resulta un jugador bajo sospecha.
Intentó algunos centros que salieron cruz. Y jugó sin alma. Casi un mes después del sorprendente 'Gales. Golf. Madrid. In that order', Bale sigue sin ser la bandera del Madrid.
Ni siquiera la confianza de Zidane, que trata de recuperarlo, está logrando despertar a Bale. El 26 de octubre, la primera fecha del clásico, no habría sido de la portada. Esta vez fue titular, pero no dejó su sello en el partido. A pesar de ser en el Camp Nou. A pesar un contexto propicio (un Barça que deja espacios a su espalda).
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18 goles marcó Cristiano al Barcelona en 30 partidos con el Madrid. Dos goles ha logrado el galés en 12 duelos. Tampoco este fue el clásico de Bale que parece haber perdido el 'swing'.