El español Mikel Landa (Movistar) recuperó la sonrisa de la victoria en la tercera etapa de la Semana Coppi e Bartali casi un año después de su último triunfo en la Tirreno Adriático y tras superar este año una fractura de clavícula.
"He superado lesiones muy graves, la última en la Challenge de Mallorca con fractura de clavícula, el pasado mes de enero y cuesta mucho volver. El año pasado acabé la temporada igual y empezar otra vez así ha sido complicado".
Una victoria que le da al ciclista alavés la confianza necesaria para tratar de alcanzar lo máximo en el Giro de Italia, primer objetivo del año.
"Gracias a esta victoria todo será más llevadero, me da confianza, sé que estoy en el buen camino y a tiempo de hacer un buen Giro. Max Sciandri y los otros directores confían más en mí que yo en mí mismo. Ven que entreno bien, pero el ciclista siempre tiene un poco de miedo al pelotón. Desde el comienzo de esta carrera me ha apoyado, ha organizado el equipo a mi alrededor y ahora estamos disfrutando todos".
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Respecto a la etapa, el jefe de filas del Movistar se refirió a las buenas sensaciones en los momentos decisivos. "Desde el último puerto hasta meta me vi bien, estaba tranquilo porque detrás tenía bastantes compañeros. Así que confiaba en que podíamos llegar, lo único que quería era tener la oportunidad de disputar la etapa".