La Paris-Roubaix es poliédrica y Fabian Cancellara vivió este domingo la cara más triste. Quería convertir su última participación en una nueva victoria, pero llegó al velódromo de Roubaix siete minutos después del vencedor, agotado por una persecución colosal que se prolongó durante más de un centenar de kilómetros y dolorido por una terrible caída sobre los adoquines: "Es lo que es.La Paris-Roubaix es el auténtico Infierno del Norte".
Cancellara ya se quedó cortado con Peter Sagan a 115 Km. de la llegada a Roubaix. Pero cuando estaba persiguiendo el grupo de cabeza, el suizo resbaló sobre el fango que había en los adoquines y cayó de costado derribando a Terpstra de Sky. Peter Sagan, el campeón del mundo que tiene nla extraña facultad de celebrar sus victorias con caballitos, realizó una portentosa exhibición de buenos reflejos al saltar por encima del caído.
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Cancellara llegó al velódromo agotado y su club de fans trató de animarle. Le entregaron una bandera para que diera la vuelta de honor y sufrió una nueva caída. El veterano corredor de Trek se lo tomó con buen humor: "Una caída más no cambia nada. La París-Roubaix es una carrera muy particular y para ganarla además de estar bien preparado hay que tener mucha suerte".