No hay nada más identificativo del Manchester United de Solskjaer que pasar en semanas de tumbar al finalista y un semifinalista de la pasada Champions, a perder ante el Estambul Basaksehir (2-1). Los diablos rojos cayeron contra la cenicienta de su grupo, y lo hicieron con estrépito. Un descalabro defensivo en la primera mitad los puso 2-0 por detrás. Martial recortó antes del descanso, pero los diablos rojos fueron incapaces de rehacerse en la segunda mitad.
La jugada del primer tanto pareció sacada del patio de un colegio. Un despeje al horizonte de la defensa turca acabó con Demba Ba completamente solo, con medio campo por delante. Los 10 jugadores de campo del United, desordenados y vendidos. Imperdonable a este nivel. Ba corrió 50 metros sin oposición y batió a Henderson, que no tuvo el estreno soñado.
Solskjaer rotó en su once: dio descanso a De Gea, y el partido no le da motivos para volver a prescindir de él. También entró Tuanzebe, señalado en el primer gol y cambiado al descanso. Y ni Van de Beek ni Mata en la sala de máquinas fueron capaces de poner orden en el juego del equipo.
Lejos de despertar, el United encajaría un segundo. Una perdida de Mata la aprovechó el Estambul Basaksehir, gracias a otro descalabro defensivo. Llegó desmarcado, a la carrera, el extremo Visca para fusilar a la red una dejada de Demba Ba.
Acción y reacción: los ingleses vieron puerta a la jugada siguiente. Centró Shaw desde la izquierda y cabeceó Martial, con calidad. Quedaba toda la segunda mitad, y lo que apuntaba a remontada del United acabó en desastre. Resistió el Estambul, que salvó bajo la línea la mejor opción visitante en el descuento. PSG y Leipzig se frotan las manos viendo como el Manchester United se complica la vida, también en la Champions.
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