Es Diego Pablo Simeone entrenador poco dado a la experimentación y, aún menos, a la improvisación. Al argentino le gusta controlar la baraja, analizar a sus rivales, estudiar hastas sus hábitos alimenticios. Ningún cabo suelto. El Cholo lleva semanas visualizando el partido de hoy. Soñándolo. Dicutiéndolo con la almohada.
Y ha trasladado su obesión a la plantilla y a los entrenamientos. El técnico ha ensayado mil y una veces la alineación que saltará hoy para medirse al Leipzig, modificando detalles, probando el rendimiento de sus jugadores y saltando algunos obstáculos como la baja de última hora de Ángel Correa, futbolista que tenía muchas papeletas para entrar en el once. Sin su compatriota, Simeone ha llegado a la conclusión que la mejor baza para el ataque junto a Diego Costa es Marcos Llorente. El héroe de Anfield actuará de nuevo como falso ‘9’, esa posición cada vez menos novedosa y que le ha abierto las puertas de la titularidad.
El principal damnificado será Joao Félix. En su vuelta a casa, a la encantadora Lisboa de aroma decadente, la de las empinadas cuestas y puestas de sol bucólicas desde el Castillo de San Jorge, el luso partirá desde el banquillo ante los alemanes. No ha sido la temporada soñada para el ‘Golden Boy’. Su multimillonario traspaso no le frenó de inicio, subido a la inercia de su descaro benfiquista. La responsabilidad y las lesiones, sí. Ahora asume el rol de suplente y sabe que Simeone cuenta con él. El internacional portugués tendrá minutos a buen seguro y espera aliviar su ‘saudade’ para pisar las semifinales y el césped del Estádio Da Luz, ese que le vio madurar al amparo de Seferovic cuando todavía era un imberbe con acné.
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Joao Félix será el as en la manga del técnico argentino. Su revulsivo si las cosas mal dadas. El cambio de ritmo, la finta y el desborde. Así lo tiene previsto el Cholo. Así lo ha examinado en la Ciudad Deportiva. Así lo escenificará en el sportinguista José Alvalade.