Steven Gerrard, el legendario excapitán del Liverpool, no resistió hasta el final del encuentro la vuelta de las semifinales de la Champions League en Anfield.
La ansiedad y el nerviosismo pasaron factura a Gerrard, que abandonó el estadio sin presenciar en directo la debacle del FC Barcelona en sus instantes finales, poco después del 4-0.
Gerrard, actual técnico del Glasgow Rangers, temía que alguna de las estrellas del Barça pudiera romper con un gol los corazones de la afición 'red' y no resistió tanta presión. "Los nervios del martes en Anfield fueron difíciles de controlar para mí. No hubiera resistido ver cómo Messi, Coutinho o Luis Suárez rompían mi corazón", aseguró.
La excusa usada para su marcha antes de hora de Anfield fue su hija Lourdes, de siete años, que le acompañó a presenciar el encuentro, puesto que debía ir al colegio al día siguiente y no podía quedar retenido demasiado tiempo por culpa del tráfico. "Me fui después del 4-0. Tenía a mi hija de siete años y lo usé como una excusa, pero fueron más los nervios, así que Dios ayudó a los jugadores con lo que estaban pasando", confesó Gerrard.
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La final del 1 de junio culmina una Champions espectacular para la historia, para la exleyenda del Liverpool: "Los dos partidos de semifinales fueron el mejor anuncio del fútbol europeo y de lo que se puede esperar en la final". "Después de haberla vivido como jugador, la Champions es una megacompetición como se ha demostrado en estas semis", concluyó Gerrard.