Los futbolistas del Borussia Dortmund nunca olvidarán las tres explosiones que hubo al paso de su autobús el pasado martes y que provocaron heridas de consideración al defensa catalán Marc Bartra en una mano, por el estallido de los cristales del vehículo. Porque más allá de las quejas de varios futbolistas y del propio técnico del Borussia Dortmund, Thomas Tuchel, por el hecho de haber tenido que jugar el partido contra el Mónaco tan solo 24 horas después del atentado, está la dura experiencia de haber vivido en sus propias carnes un hecho de ese calibre.
Quién mejor lo reflejó ante los medios fue el centrocampista Nuri Sahin a las cámaras de la televisión noruega una vez finalizado el partido que acabó con victoria monegasca por 2-3. “Es duro de hablar sobre ello y encontrar las palabras adecuadas. Lo habíamos visto alguna vez en televisión y todo parecía muy lejos, aunque fuera en Estambul, en mi país. Era cerca pero a la vez muy lejos. Sin embargo, ayer sentimos lo que es estar en una situación como esta. No se lo deseo a nadie", confesó.
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"No sé si la gente puede entenderlo, pero hasta la segunda parte no pude pensar en el partido. Anoche me dí cuenta de lo que pasaba cuando llegué a casa y mi esposa y mi hijo me estaban esperando. Sé que el fútbol es muy importante, que ganamos un montón de dinero por ello y que tenemos una vida privilegiada, pero somos humanos y hay muchas más cosas que el fútbol en este mundo. No puedo olvidar las caras que vi en el autobús, nunca las olvidaré en mi vida", añadió el turco en un relato conmovedor.