La eliminación, justa y rotunda, del Tottenham ante el Leipzig, va a traer cola. Para empezar, la primera consecuencia ha sido el ataque cruel y durísima de Mourinho a sus jugadores que, como siempre, buscó todas la excusas menos la autocrítica a la hora de justificar la derrota.
"Estamos realmente en problemas. Ni siquiera somos un equipo, somos un grupo de jugadores que están disponibles para jugar y tratar de construir un equipo. No tenemos atacantes y no hacemos daño a los oponentes. Es tan simple como eso. Así que nuestros oponentes se sienten muy cómodos atacándonos, ya que saben que no podemos hacer daño", dijo el portugués.
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El técnico justificó que en la rueda de prensa previa al encuentro se mostrara optimista. "Por supuesto que ayer fui muy positivo. Así es como tengo que ser todo el tiempo. Motivé a los jugadores, creíamos, pero sabemos que en este momento es muy, muy difícil. Los jugadores dieron lo que pudieron y eso es todo. Cometimos errores y los analizamos en partidos anteriores. Probablemente sea bueno tener momentos difíciles. Son momentos que pueden preparar el futuro de una mejor manera", sentenció.