El Chelsea se redime a base de goles

Tres goles son suficientes para dejar atrás todos los males. El Chelsea consiguió revertir su dramática situación en el grupo E, donde hasta la fecha era colista, mediante una contundente goleada ante un inoperante Milan (3-0). El cuadro 'blue' dominó con solvencia a lo largo de los noventa minutos y Aubameyang firmó su primera diana en Champions con su nuevo equipo. El nuevo proyecto de Graham Potter comienza a mostrar brotes verdes.

El Chelsea, conocedor de su imperiosa necesidad de salir victorioso del encuentro, atropelló al Milan en el arranque. Los 'blues' se volcaron en ataque, y esta insistencia terminó viéndose recompensada en forma de gol. A la salida de un córner, Thiago Silva conectó un testarazo al que Tatarusanu respondió con una sensacional parada. La jugada, sin embargo, siguió viva en el interior del área pequeña, y Fofana aprovechó la indecisión de la zaga 'rossonera' para empujar el esférico al fondo de la portería.

El tanto inaugural imprimió cierta calma al encuentro, pero esta saltaría por los aires en el tiempo añadido. El primero en intentar romper la tregua momentánea fue Sterling, que cabalgó a toda velocidad hasta internarse en el área del Milan. Más rápido fue Kalulu, que apareció en el último momento para rebañarle el balón de los pies.

En cuestión de minutos, el Chelsea pasó de poder ampliar su ventaja a llevarse el susto del encuentro. El peligro, como de costumbre, nació de las botas de Leao, que comenzó a sortear rivales hasta penetrar el área, donde cedió para De Ketelaere. El talento belga remató a bocajarro, pero Kepa hizo gala de reflejos felinos para sacar una mano milagrosa. El rechace cayó a los pies de Krunic, pero su intento terminó en el cielo de Londres.

La llegada del segundo acto trajo consigo la renuncia del Milan. El cuadro 'rossonero' terminó achacando la baja de Theo Hernández en el carril izquierdo, pues Reece James explotó sin piedad ese sector del campo en los dos tantos siguientes. En el primero, el lateral inglés recibió completamente solo y, aprovechando esta falta de oposición, sirvió un magnífico centro que Aubameyang convirtió en gol al primer toque.

Apenas seis minutos después, la defensa del Milan volvió a hacer gala de su pasividad, permitiendo que Reece James recibiese cómodamente en el lateral del área. Sin pensárselo dos veces, conectó un latigazo al palo corto ante el que nada pudo hacer Tatarusanu para cerrar el encuentro.