El Atlético se ha puesto muy difícil su supervivencia en la Champions League después de ser incapaz de hacerle un solo gol al Qarabag. El empate en el Olímpico de Bakú coloca al conjunto colchonero en una delicadísima situación, que ya no depende de sí mismo para pasar a octavos de final.
El equipo de Diego Simeone se encontró con un rival que no le tuvo miedo pese a su clara inferioridad técnica. El cuadro azerbaiyano le plantó cara desde el primer minuto y si no le dio un disgusto mayor fue por su propia impericia.
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Griezmann confirmó que atraviesa una importante crisis de juego, Gameiro desperdició su primera titularidad de la temporada y Carrasco y Saúl llegaron a estar desubicados ante el entramado defensivo que se encontraron de frente.
El bagaje ofensivo del Atlético fue tan pobre que en pocas ocasiones llegó a estar cerca del gol. Un mano a mano de Carrasco (26') ante Sehic en el que salió victorioso el portero local y un remate por bajo de Griezmann (38') al que respondió de forma brillante el guardameta bosnio fueron prácticamente las únicas acciones que estuvieron cerca de dar la victoria al conjunto español.
Sin el lesionado Koke en el césped, al Atlético le faltó empuje y llegada frente al batallador Qarabag, que aunque no llegó a crear ninguna acción ofensiva de mérito sí provocó muchas dudas en la defensa rojiblanca.
Ni siquiera en el tramo final del partido apretó el cuadro colchonero, que dio una preocupante sensación de indolencia. El esperado arreón de última hora no llegó, ni cuando el árbitro expulsó al sudrafricano Ndlovu por, supuestamente, fingir un penalti a un cuarto de hora del final.
El Atlético se conformó con un punto ante el peor rival del grupo y está obligado a ganar los tres partidos que faltan y esperar que Roma y Chelsea se anulen entre ellos.
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