Sin Haaland. Con ocho bajas de peso. Yendo por detrás en el marcador y sin apenas jugar bien. Pero al Dortmund le va la Champions y logró una agónica primera posición remontando en Rusia gracias a los goles de Piszczek y Witsel. Los 'borussers' le deben una al Brujas. Alegría doble para Moukoko, que hizo historia.
Pese a que no se jugaba nada, pues estaba matemáticamente eliminado, el Zenit salió a por todo. Quería la victoria del honor antes de despedirse de la Champions e incomodó al BVB desde el principio. Y pronto logró el tanto. Al cuarto de hora de partido, en una combinación de los rusos dentro del área, Driussi abría la lata con un disparo que entró tras rebotar en Hummels. Las noticias desde Italia tampoco eran las mejores, pues la Lazio estaba haciendo su trabajo y la primera plaza se antojaba imposible. Más cuando en la última jugada Reus estrelló un balón a la madera.
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En la segunda mitad cambió todo. Siguió sin estar nada fino el cuadro alemán, supero en todos los aspectos por el Zenit. Debutó Moukoko, que entró a los libros de historia a sus 16 años y 18 días. Y diez minutos después, Piszczek igualó la contienda. Había esperanza. Y en un visto y no visto, el guion del grupo cambió por completo. El Brujas empató y Witsel, con un tiro desde la frontal, le daba la vuelta al electrónico. Victoria y liderato para el Dortmund.