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Coudet espanta a las 'meigas' de Balaídos

El Celta resucita desde la llegada del argentino y se asoma por la zona media

Iago Aspas anotó un gol de penalti y repartió dos más, en una nueva exhibición

Jonathan Moreno

Once goles y nueve puntos en cuatro partidos. Carlos Mouriño buscó un revulsivo con la destitución de Òscar Garcia y lo encontró en Porto Alegre, donde menos se esperaba. El Celta es otro desde que el ‘chachismo’ de Coudet llegó a la ciudad. Ya hay menos ‘meigas’ en Balaídos y el descenso, a cinco puntos.

Es la definición en esto del fútbol un hecho diferencial y un tiovivo de emociones. El Cádiz puede dar buena cuenta de ello. Después del éxtasis de sonrojar al Barcelona con una lección de sufrimiento defensivo y efectividad en el área, los de Álvaro Cervera hicieron aguas bajo el diluvio vigués y encajaron cuatro goles en 45 minutos.

Y no fue por falta de oportunidades. Iván Alejo, Negredo y Perea no encontraron la gloria por puntería en los últimos metros, aspecto que sí gozaron los olívicos. Porque el fútbol, con Iago Aspas, es mucho más fácil. Y el ‘Chacho’ Coudet, en pocos días en la ría, así lo ha entendido. El moañés es genio y escudo de un Celta que gira en torno a él, como la rueda del molino en su compatriota Xil Ríos. Combinación letal y a ciegas con Nolito, son muchos años juntos. No perdonó el sanluqueño colocándola al primer palo y encimado por dos contrarios. Balón en profundidad a Santi Mina para provocar el penalti de Ledesma, VAR mediante, que él mismo transformó engañando como a un crío a Ledesma. Y acción de pivote en la frontal que culminó Fran Beltrán con un disparo envenenado tras rozar en Mauro. 

El descalabro amarillo se consumó en el añadido del primer tiempo, con Brais adelantándose a una salida desesperada de Ledesma.

Rendidos

 

Álvaro Cervera pasó de mandar las gafas a freír espárragos a mesarse la barba con tranquilidad en el segundo tiempo. Ya no había remedio. Iago Aspas buscó el quinto y se topó con el palo. Coudet rodó a los ‘niños’ de Barreiro.