El Celta recurrirá las expulsiones y confía no tener consecuencias para medirse al Madrid

La actuación del colegiado cántabro Adrián Cordero Vega en Las Palmas continúa generando malestar y perplejidad entre el celtismo, a pesar de que el equipo de Claudio Giráldez supiese reponerse del atropello arbitral para mantener la ventaja del gol de Borja Iglesias durante los cuarenta minutos que jugaron en inferioridad numérica por las expulsiones de Iago Aspas e Ilaix Moriba. El club vigués, por su parte, anunciaba ayer que recurrirá las tarjetas mostradas a sus dos jugadores, que acarrean la sanción de un partido para cada uno, con lo que ambos se perderían la visita del Real Madrid a Balaídos, el 19 de octubre.

Cordero Vega escribió en el acta arbitral que Moriba vio las dos tarjetas amarillas por el mismo motivo: “Derribar a un contrario de forma temeraria en la disputa del balón”. El colegiado cántabro también repitió los argumentos para expulsar a Aspas con doble amarilla: “Protestar de forma ostensible una decisión mía”. En apenas cuatro minutos se desencadenó una batería se cartulinas amarillas contra el Celta que ahora el club vigués cuestiona y que recurrirá para evitar la sanción a sus dos jugadores.

Los escritos del club al Comité de Competición intentarán desmontar los motivos del árbitro para mostrar la segunda tarjeta amarilla a Moriba por una acción que Cordero Vega sancionó como falta cuando el céltico conducía el balón y se fue al suelo para intentar protegerlo y devolverlo a un compañero ante la llegada de un rival, que tropezó con el guineano. Y que la expulsión de Aspas se produjo al dirigirse el árbitro como capitán del Celta para pedir explicaciones por todo lo sucedido en los minutos previos con la expulsión de Moriba.

Las imágenes de televisión pueden ser una prueba clave, sobre todo en la acción de la segunda tarjeta al guineano, para que se resuelva a favor la alegación del equipo vigués.

A pesar del atropello que el celtismo cree que Cordero Vega cometió en Las Palmas, el equipo de Giráldez sobrevivió gracias a una actuación heroica de sus jugadores. De hecho, era la primera vez que el conjunto celeste salía airoso en un partido de Primera División tras sufrir dos expulsiones. En las veintiuna ocasiones anteriores que se había quedado con nueve futbolistas en el campo, el Celta solo fue capaz de sumar un punto en tres ocasionas. Los 18 encuentros restantes acabaron en derrota.

La del sábado no era la primera vez que el Celta sufría una doble expulsión en Canarias. El 4 de noviembre de 2001, el equipo vigués cayó derrotado por 4-2 después de quedarse con nueve por las expulsiones de Sergio Fernández (minuto 40) y de Luccin (minuto 87). Antes de que el zaguero asturiano viese la tarjeta roja, el equipo amarillo ya ganaba por 3-1. Pese a jugar con diez, Mostovoi acortó distancias en la segunda mitad al ejecutar un penalti. Pero ya sin el pivote francés en el campo, los locales marcaron el tanto definitivo a falta de un minuto para cumplirse el tiempo reglamentario.

El sábado pasado, sin embargo, la situación del Celta fue mucho más complicada porque se quedó con nueve jugadores en el minuto 56, cuando todavía restaban cuarenta minutos para finalizar el partido. En esta ocasión se encontró con un Cordero Vega que había regresado a Primera División después de descender a Segunda. Un caso extraño en el arbitraje español. El colegiado nacido en Santander en 1984 alcanzó la máxima categoría en la temporada 2018-19, en la que se mantuvo durante tres más, hasta la 2021-22. En la siguiente fue relegado a la división de plata, en la que el curso pasado fue elegido como el mejor de la categoría. De hecho, le asignaron para el segundo de los partidos de la final del play-off entre el Espanyol y el Oviedo. Y el premio a la buena temporada fue ascender de nuevo a la máxima categoría, en la que el sábado se reencontró con el Celta, al que había dirigido ocho partidos con anterioridad. El balance de los célticos con el cántabro era de 4 victorias, 3 empates y 2 derrotas, con 19 tarjetas amarillas y una expulsión (la de Fontán en la visita de la Real Sociedad a Vigo en noviembre de 2020).

El sábado en Las Palmas, el partido transcurría con normalidad, aunque tras el descanso el equipo local intentó cambiar un guión que no le era favorable y el juego se enmarañó con acciones incluso exageradas que acabaron en tarjetas discutibles para los célticos. A la expulsión de Moriba siguió la de Aspas, en apenas cuatro minutos. Ahora, el Celta tratará de evitar el castigo para sus dos jugadores.