Arturo Vidal arrancó su aventura ‘nerazzurra’ con una victoria épica. El chileno saltó al campo en el 75’ y apenas entró en juego, pero presenció de primera mano cómo dos goles en los cinco minutos finales permitieron al Inter derrotar a la Fiore. Fue un partido enloquecido, con tres remontadas sucesivas y en el que sobresalió la figura de Frank Ribéry, autor de dos asistencias.
El Inter saltó dormido al campo y lo pagó caro. A las primeras de cambio, la zaga ‘nerazzurra’ se tragó un centro lateral que Bonaventura pescó dentro del área para asistir a Kouame, que sólo tuvo que empujar el balón. Y la Fiore, que ya tenía previsto encerrarse, se atrincheró atrás sin renunciar al contraataque. De hecho, suyas fueron las acciones más peligrosas el primer tiempo: un cabezazo alto de Milenkovic y un mano a mano que Handanovic salvó ante Kouame tras un slalom exquisito de Ribéry.
Con más balón que ideas, el Inter empató al filo del descanso con un derechazo al ángulo de Lautaro desde la frontal del área. El argentino, el más incisivo de los atacantes ‘nerazzurri’, ya había provocado un penalti que el VAR condonó. Siguió a lo suyo tras el descanso, y de sus botas nació el 2-1 que Ceccherini se introdujo en su propia portería.
Lejos de derrumbarse, la Fiorentina se creció ante la adversidad, con Ribéry como referente. Con un océano a la espalda de la zaga interista, el incombustible galo hizo un destrozo que volteó por completo el encuentro. Una galopada suya generó el empate, obra de Castrovili llegando desde segunda línea. Y poco después, asistió en profundidad para que Chiesa superara a Handanovic con un remate sutil.
NOTICIAS RELACIONADAS
Lo veía muy negro Conte, que hizo debutar a Hakimi y Vidal. Puso toda la carne en el asador y acorraló a la Fiore, que volvió a tener la más clara en el enésimo slalom de Ribéry que Vlahovic desaprovechó. Los 'viola' lo lamentarían. Jamás bajó los brazos el Inter, tan incansable como su desgañitado entrenador. Y en un abrir y cerrar de ojos, dos goles obra de Lukaku y D'Ambrosio en el área chica provocaron que los tres puntos se quedaran en Milán.