Fiabilidad, agresividad, presión, raza, competitividad... Y un gen ganador que nadie ha sabido frenar en Italia hasta ahora. El proyecto de Conte anda con paso firme y el pleno de victorias cosechado le ha encumbrado a lo alto de la tabla, donde no han podido llegar los Nápoles o Juventus, que arrancaban este temporada como los grandes favoritos para llevarse el título.
Con unos cuantos retoques y, sobre todo, con el cambio de sistema, Conte ha sabido darle un giro dramático al Inter de los últimos años y este equipo ya puede soñar con hacer algo grande. Algo como ganar la Serie A tras unos años de ostracismo absoluto.
Lejos queda la brillantez del pasado, pero este Inter sabe a lo que juega y ha logrado encajar todas las piezas. La línea defensiva capitaneada por los Godín, Skriniar y compañía conceden muy poco. De hecho, el Inter tan solo ha encajado un tanto en cinco encuentros.
Y por si fuera poco, detrás está un Handanovic que lo está parando todo. En el centro del campo, Conte ha escudado de obreros la magia de Sensi, una de las grandes sensaciones. Arriba, Lukaku y Lautaro se reparten la pólvora.
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El belga, el gran fichaje de la temporada, va cogiendo sintonía con el equipo y forma una gran dupla con el argentino. Además, aún falta un Alexis que debe ir entrando. La Sampdoria, el farolillo rojo de la clasificación, no debería ser rival.