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La Roma vengó su último derbi como local, en que fue vencido por 1-3, imponiéndose a una Lazio que mantuvo el pulso hasta que Nainggolan, apenas después del penalti transformado por Perotti, puso un 2-0 ya inalcanzable en el marcador. Al fin, el Derby della Capitale mostró un 2-1 mucho más ajustado de lo esperado.
La Lazio mantuvo el tipo durante toda la primera parte, en que llegó a discutir a la escuadra de Di Francesco el mando del juego, y se llegó al descanso con un empate, sin goles, que dejaba en el aire las apuestas de cara al segundo tiempo, pero ahí la fortuna abandonó a los de Inzaghi.
Un penalti sobre Kolarov le ofreció a Perotti la oportunidad de marcar el 1-0 a los 49 minutos. Autor de 11 goles en sus 12 lanzamientos de penalti en Serie A (el restante lo había estrellado en el palo), el extremo argentino no falló y, engañando a Strakosha avanzó a la Roma.
Cuatro minutos después llegaría el segundo, con un disparo lejano raso, durísimo y cruzado, de Nainggolan que sorprendió a todo el mundo para dejar, prácticamente, sentenciado el derbi.
Sin muchas esperanzas, la Lazio intentó variar el rumbo del partido con la entrada primero de Nani y después de Patric y un penalti de Manolas le dio la ocasión a Immobile para acortar distancias.
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En la recta final intentó el equipo laziale igualar el marcador pero no alcanzó a conseguirlo, perdiendo su primer partido en la Serie A después de haber enlazado seis victorias.