Hasta a la Juventus le remontan partidos. El cuadro de Sarri logró lo más difícil cuando Cristiano Ronaldo se inventó una carrera, retó a su defensor y batió a Silvestri con un suave tiro cruzado. Pero no. Tocaba poner la Serie A al rojo vivo. Los ‘bianconeri’ creían tener el partido controlado ante un Hellas Verona casi derrotado.
Ese casi dio alas, esperanza a un equipo que creyó y aprovechó dos errores infantiles atrás. Borini hizo buena una cadena de errores atrás y Pazzini dinamitó el duelo convirtiendo una pena máxima tras unas manos de Bonucci. Al Inter le gusta esto. Ya van ocho partidos sin perder de un Hellas Verona que es una de las grandes sorpresas del fútbol italiano.
Lo demostró ya en el inicio. El Verona apretó y de qué manera en unos primeros minutos en los que se pudo poner por delante en el marcador en más de una ocasión, sobre todo tras una jugada de estrategia que Rrahmani no supo definir. El Hellas monopolizó todas las llegadas del partido ante una Juventus inoperante, incapaz de reaccionar a una gran presión del cuadro de Véneto.
Aun así, siempre estará Douglas Costa y, sobre todo, Cristiano Ronaldo. El portugués respondió con un disparo a la madera y el brasileño hizo lo propio. A la ‘Vecchia Signora’ le costaba un mundo poder asentarse pero no lo necesitaba. Aun sin Dybala, el equipo tenía pólvora para aburrir.
Cristiano hinca el diente
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En la reanudación, la Juventus logró hacerse con las riendas del duelo, dominó la posesión y llegó lo que tenía que llegar. Falló el Hellas Verona, no lo iba a hacer Cristiano en este caso. Carrerón del luso y disparo cruzado para batir a Silvestri. Con el 0-1, la Juve controló el duelo en todo momento pero no tenía previstos dos errores defensivos claves: Bentancur estuvo blando y Borini lo hizo pagar, y Pazzini no falló la pena máxima tras las manos de Bonucci. Desastre de la Juve en Verona.