Verona, la ciudad del amor, mantuvo vivo el idilio del Milan con el liderato de la Serie A. Los de Pioli, presionados por la victoria del Inter, necesitaban sacar un resultado positivo del Bentegodi si querían volver a levantar el Scudetto, ausente de sus vitrinas desde 2011. Se tuvo que sufrir, incluso remontar, pero la conexión entre Leao y Tonali decantó la balanza a favor del cuadro lombardo ante el Hellas Verona (1-3).
El conjunto rossonero comenzó el encuentro de la mejor manera posible. Maignan envió el esférico al cielo de Verona e Ilic lo recuperó, aparentemente, sin mayores complicaciones. Sin embargo, Tonali aprovechó su indecisión en el control para robarle la cartera y plantarse solo ante el portero, estrenando de este modo el electrónico. La alegría fue momentánea, ya que Daniele Doveri señaló fuera de juego tras consultarlo con el VAR.
El frenético ritmo del Milan en la faceta ofensiva se difuminó en el ecuador de la primera parte. El Hellas aprovechó este respiro para golpear primero por mediación de sus carrileros. De lado a lado, Faraoni cabeceó sin oposición el centro de Lazovic para estrenar el luminoso. El gol que dilapidaba momentáneamente la ilusión del Milan lo marcaba un canterano del Inter.
En el último suspiro de la primera parte, Leao decidió iniciar una aventura en solitario. El atacante portugués comenzó a sortear adversarios hasta internarse en el área y servir un pase de la muerte para que Tonali, desde el suelo, equilibrase la contienda.
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El gol reactivo algo en el interior del Milan, que dejó atrás la imagen de equipo abatido para salir a morder en el segundo tiempo. A los cinco minutos, Leao volvió a inventarse una genialidad y, tras plantarse solo ante el portero con un cambio de ritmo frenético, sirvió en bandeja a Tonali el gol que confirmaba la remontada rossonera. Florenzi, en el último tramo, marcó el 1-3 definitivo con un latigazo.