El Nápoles derrotó este viernes al Inter (3-0), en San Paolo, en un partido en el que los dos equipos se jugaban la credibilidad en la Serie A, al menos para mantenerse como outsiders al título.
Con la Juventus como líder sólido a pesar de la derrota de la última semana en el campo del Genoa y con la Roma, el Milan y la Lazio vigilantes, Nápoles e Inter eran conscientes de que el ganador seguiría en el tren de cabeza y que el perdedor iba a quedar muy descolgado. El Inter se mantiene octavo, a 12 puntos de la Juventus, que hoy recibe al Atalanta, sexto clasificado.
Lo que se presumía un partido igualado y muy trabado se convirtió inesperadamente en un festival ofensivo del Nápoles. El polaco Zielinski y el eslovaco Hamsik pusieron el 2-0 en el marcador a los seis minutos de juego y obligaron al Inter a jugar a remolque.
Banega trató de asumir la responsabilidad en la construcción del juego ofensivo del Inter pero ni él ni Perisic o Icardi, en el remate, tuvieron su noche. Raúl Albiol, en el eje de la zaga napolitana, fue uno de los baluartes defensivos del equipo de Maurizio Sarri.
La irregularidad del Inter hizo pensar en su reacción en la segunda parte. Pero el tercer tanto del Nápoles, marcado por Insigne, acabó con las ilusiones de los tifosi nerazzurri. El Inter acabó dominando pero no consiguió batir a Reina.
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Es más, tras el tercer gol local la ocasión más clara estuvo en las botas de Hamsik, quien, no obstante, estrelló su remate sobre el cuerpo de Handanovic.