José Mourinho es un tipo especial. Amado, por muchos, y odiado, por otros tantos, el entrenador luso es conocido por dar la cara por los suyos, incluso si ello conlleva enfrentarse con su propia afición. Amigo de sus amigos, 'The Special One' es único, para lo bueno y para lo malo.
En el duelo frenta a la Sampdoria de ayer volvió a dejarlo patente. Los romanistas vencían a los genoveses cuando parte de la grada del Olímpico empezó a cantar contra el técnico visitante, el serbio Dejan Stankovic. El ahora entrenador de la 'Samp' formaba parte del Inter de Milan que Mourinho capitaneó hacia la Champions de 2010 y el de Setúbal no dudó en salir a defender a uno de los suyos. El portugués abandonó su banquillo y mano en alto pidió a los radicales 'giallorosi' que detuvieran sus cánticos con tintes racistas, recordando los orígenes romanís del balcánico.
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"Lo hice por un gran hombre y un gran amigo. Tiene hijos y familia y eso no es bonito. Nuestros aficionados son geniales, pero mis amigos no se tocan", dijo Mourinho. "Estoy orgulloso de serlo. Gracias a Mourinho por aplacarles pero sabe que eso a mí no me afecta", respondió Stankovic el gesto de su exentrenador.