Tenía que ser él, Lorenzo Insigne. Capitán, napolitano, ‘10’ en un club que no acepta más ‘10’ que Maradona, el que oficiara el emotivo adiós del Nápoles al Diego. Aun con la frialdad del vacío San Paolo, templo que pronto adoptará el nombre del eterno ídolo, el cuadro partenopeo dedicó al ‘Pelusa’ un rotundo triunfo sobre la Roma, que todavía no había perdido sobre el verde. Fabián, Politano y Mertens -máximo goleador en la historia del club- cerraron la fiesta. El mejor adiós posible en el descafeinado fútbol sin 'tifosi'.
En una jornada de Serie A atravesada por los homenajes al ‘10’, su Nápoles fue más allá. Camiseta especial inspirada en la ‘Albiceleste’, dos pancartas de recuerdo al ‘10’ en las gradas y entrega de flores antes del pitido inicial. Hizo de maestro de ceremonias Insigne, especialmente motivado.
Tras un inicio frío y lento, como si pesara demasiado la solemnidad de la cita, el menudo delantero avisó con un remate que rozó el palo. El Nápoles empezó a dominar a una Roma pasiva, sin alma. Más perdida tras el 1-0, una falta directa que Insigne ajustó al palo. Fue inútil la estirada de Mirante, que sí salvó el segundo de Mertens antes del descanso.
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Tras la pausa, otra parada a chut de Lozano. El susto hizo reaccionar a la ‘Loba’, pero en plena crecida Fabián marcó el 2-0 con un zurdazo esquinado. No existió réplica ‘giallorossa’. Mertens cazó un mal rechace de Mirante para sentenciar definitivamente el partido y Politano puso la puntilla después de escurrirse entre cuartro defensas y sentar al portero. Un 'Derby del Sole' 'azzurro'. El mejor adiós posible.